Investigadora: Cristina Morera

Carmen Sedano nació en Posadilla, aldea perteneciente a Fuente Obejuna en 1925, por lo que actualmente tiene 92 años.

 

Durante un tiempo vivió en Sevilla donde su maestro fue Don Ramón de Carranza, y añade que fue un gran hombre que se dedicó por verdadera vocación a enseñar a todo aquel que podía, interesándose también por alfabetizar a los obreros.

 

Vino a Peñarroya de nuevo en 1950 por motivos laborales.

 

Recuerda que al poco de llegar la fundición, en la que trabajó su marido cerró y recuerda el pueblo como apagado, triste y gris, y que la gente se tornó pesimista.

 

Nos relata que su marido trabajó en “La Maquinaria”, pero cuando estalló la Guerra Civil lo reclutaron y al poco le hirieron de bala en el talón de Aquiles y le concedieron al regreso de la guerra una baja por incapacidad.

 

De la guerra civil recuerda que no dejaban cantar canciones y que las mujeres eran tratadas como esclavas. Suponemos que las obligaban a trabajar debido a la falta de hombres que estaban en el frente.

 

También recuerda de la guerra, las muertes y el hambre, distribuida entre toda la sociedad mediante la cartilla de racionamiento, en la que racionaban hasta el pan, comenta que daban un bollo para toda la familia.

 

Hemos de recordar que el racionamiento alimenticio estuvo vigente en España desde 1939 hasta 1952 y que fue una época en la que el hambre y la miseria asolaron el país y que junto a la guerra civil han dejado huella en toda una generación de españoles y españolas como nos cuenta hoy Carmen.

 

Carmen, mientras tanto, trabajaba en lo que salía, cosiendo o en una granja en la que estuvo seis meses y cobraba diez pesetas, pero que se terminó yendo debido a que no la querían asegurar.

 

 

Observamos cómo en aquellos momentos en los que la empresa cerró, debido a la gran oferta de mano de obra, los contratadores se provechaban y no pagaban seguros sociales y ofrecían salarios muy bajos por trabajos muy duros.

Al poco trabajó en una lechería de lunes a sábado por diez pesetas, y allí por fin la aseguraron, es decir, la contrataron legalmente.

 

 

Volvemos a preguntar a Carmen sobre el tema de la fundición, debido a que allí, como hemos comentado, trabajó su marido. 

 

Carmen nos cuenta que fue instalada por un grupo de franceses con el objetivo de extraer el carbón de aquí y que tiene entendido que era considerado el mejor carbón de España, pero que era muy graso y difícil de obtener ya que el grisú es muy inflamable.

 

 

Nosotros no podemos más que estremecernos ante el nombre de este gas atroz, que en nuestra comarca es sinónimo de muerte. Valga solamente recordar un solo acontecimiento para mostrar lo mortífera que es una explosión de grisú.

 

En 1898 una explosión de grisú en la mina Santa Isabel de Belmez causó la muerte a 53 personas y dejó otro tanto número de heridos en el accidente más grave, de los tristemente acontecidos en la comarca del Guadiato.

 

También nos cuenta como los franceses construyeron varios barrios de nuestro municipio, uno de ellos, llamado “los cuarteles” estaba dedicado a alojar a los obreros que trabajaban en la empresa, que en aquella época ofrecía casa para los trabajadores que acudieran de otras zonas de España a trabajar en el sector siderúrgico y minero.

 

 

También nos habló del colegio Presentación de María, que también se instaló según Carmen, gracias a los franceses y que hoy en día sigue abierto como colegio concertado educando a los peñarriblenses de hoy.

 

Nos hizo referencia al edificio de la dirección, donde todos los cargos importantes eran ocupados por franceses, y es que por lo visto, la historia de nuestro municipio es una historia de colonialismo industrial como pocas hay en nuestro país.

 

Termina su entrevista hablando de La Estación, que anteriormente fue un taller de hierro.